Las corrientes lentas de ríos y océanos podrían ser una nueva fuente de energía alternativa confiable y asequible. Un ingeniero de la Universidad de Michigan ha construido una máquina que funciona como un pez y que podría convertir las vibraciones, potencialmente destructivas, de los flujos de fluidos en energía limpia y renovable.

A la máquina se le ha puesto el nombre de VIVACE y se publica un artículo sobre ella en la edición de noviembre de la revista trimestral Journal of Offshore Mechanics and Artic Engineering.

VIVACE es el primer artefacto que podría obtener energía de la mayoría de las corrientes acuáticas del mundo porque funciona en flujos que se mueven a menos de 2 nudos (aproximadamente 2 millas, o 3,2 kilómetros, por hora). La mayoría de las corrientes de agua en la Tierra se mueven a menos de 3 nudos. Las turbinas y los molinos de agua necesitan un movimiento promedio de 5 a 6 nudos para una operación eficiente.

VIVACE corresponde a Vortex Induced Vibrations for Aquatic Clean Energy, o vibraciones inducidas por remolino para energía acuática limpia. No depende de las olas, las mareas, turbinas o represas. Es un sistema único de energía hidroquinética que utiliza "vibraciones inducidas por remolino".

Las vibraciones inducidas por remolinos son ondulaciones que causa un objeto redondeado o con forma de cilindro en un flujo de fluidos que pueden ser aire o agua. La presencia del objeto causa desviaciones y trastornos en la velocidad de la corriente a medida que pasa en torno al objeto. Esto causa remolinos, o vórtices, que se forman de acuerdo a pautas en los lados opuestos del objeto. Estos vórtices empujan al objeto hacia arriba y hacia abajo, o a izquierda y derecha, de manera perpendicular a la corriente.

Estas vibraciones derribaron el puente Tacoma Narros en Washington en 1940 y las torres de refrigeración de la planta de energía Ferrybridge, en Inglaterra, en 1965. En el agua, las vibraciones regularmente dañan muelles, plataformas petroleras y edificios costeros.

"En los últimos 25 años los ingenieros, han tratado de suprimir las vibraciones inducidas por vórtices. Pero ahora en Michigan hacen exactamente lo opuesto. Realzan las vibraciones y le ponen riendas a esta fuerza poderosa y destructiva en la naturaleza", dijo el creador de VIVACE, Michael Bernitsas, profesor en el Departamento de Arquitectura Naval e Ingeniería Marina.

Desde hace mucho tiempo se ha sabido que los peces aprovechan muy bien los vórtices que causan estas vibraciones.

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